JOAQUÍN TURINA Y SU PRIMERA OBRA

 QUINTETO EN SOL M, OP. 1




"No existe mayor vértigo que el que produce una cuartilla en blanco. Aquellos pentagramas dispuestos a que los rellenemos con notas tienen cierto semblantes burlón que produce, cuando menos, respeto"

(Joaquín Turina).





JOAQUÍN TURINA:

   Es un compositor español de finales del s. XIX que también trabajó como musicólogo y profesor de música. Comenzó estudiando y creando música más bien clásica y normativa siguiendo a César Franck y Vincent D'Indy para después pasar a introducir en sus obras elementos más típicos de la música española. Así, poco a poco, terminó siendo el compositor más nacionalista de los protagonistas de los que estudiaron con Felipe Pedrell: Albéniz, Granados, Falla y Turina.


      El niño Joaquín Turina nace en Sevilla en 1882 y empieza a estudiar música porque sus padres, al ver lo que el pequeño hace con un acordeón que le había regalado una sirvienta, se dan cuenta de las aptitudes musicales que tiene. Así que deciden que empiece a estudiar música con profesores de la zona. El niño las acepta gustoso, y, un poco más tarde, en 1902, va a Madrid, donde conoce a Manuel de Falla. Como él, también estudia con el profesor de piano, José Tragó.

   Gracias a esto se empieza a introducir en el mundo clásico de la música, pues José Tragó es heredero de la tradición musical de Chopin a través de su profesor de piano, Georges Mathias. Es decir, le enseñó el estilo romántico que imperaba en la época de finales del s. XIX y principios del s. XX. Lo mismo le ocurrió a Manuel de Falla (esto lo comentó en una entrada anterior).

   En 1905 fue a París, ciudad que era la cuna del arte de la época, donde se encontraban todos los artistas importantes y donde se podían encontrar todas las novedades artísticas de la época (sí, de cualquier rama). Allí, Joaquín Turina estudió en la Schola Cantorum, que estaba dirigida por Vincent D'Indy... era una escuela de música dogmática y normativa, dentro de la música clásica. Allí estudió con el mismo D'Indy y fue el lugar donde escribió su primera obra (por lo menos la primera obra que el propio compositor quiso catalogar como tal). Me estoy refiriendo al Quintento en Sol menor Op. 1.

   En París, y precisamente en el estreno de su primera obra (la que acabo de citar y que voy a comentar a continuación) conoció a Albéniz y a Manuel de Falla, que le convencieron para que introdujera en su música el arte flamenco, y que fuera un poco más abierto y menos convencional en su forma de componer. 

QUINTETO EN SOL MENOR, OP. 1:

   Está escrito en París, cuando estaba estudiando en la Schola Cantorum de la capital francesa, con Vincent D'Indy. La estrenó en la misma ciudad en 1907 consiguiendo el premio del Salón de Otoño. 

   Tiene 4 movimientos y está escrita en un lenguaje musical bastante clásico, por la enseñanza recibida hasta ese momento. Sin embargo, en algunos pasajes del segundo movimiento se empieza a percibir levemente la presencia de elementos propios de la cultura popular española. Los cuatro movimientos son: el primero tiene forma de fuga (composición barroca cultivada por J. S. Bach), el segundo movimiento tiene forma sonata (estructura derivada del Clasicismo con una estructura ABA'), el tercer tiempo tiene un scherzo y el cuarto movimiento presenta un tema más un rondó (con una estructura ABACADA, es decir, que presenta de forma recurrente un mismo tema).

   Las distintas melodías van cambiando a lo largo de la obra en cuanto a su carácter, más lírico en el primer movimiento, más ágil y un poco agresivo en el segundo, más juguetón en el tercero y con más carácter en el cuarto, aspecto que se une al tratamiento de la dinámica: suave en el primer movimiento, y alternando fuerte y suave en los demás, buscando siempre el contraste y la riqueza en la obra.

   Está escrita para 5 instrumentos de cuerda: 4 de cuerda frotada: 2 violines, viola y violonchelo, y el piano, que es un instrumento de cuerda pulsada. Esto da lugar a mucho contraste entre sus sonoridades, la más aguda de los violines, la grave y dulce del clarinete y entre todo esto la contundencia con la que se percibe el piano. Se presentan estableciendo un diálogo en el primer movimiento, con melodía acompañada (dando importancia a uno y acompañando los demás, como en el segundo movimiento), incluso en homofonía (hablando todos al mismo tiempo, aunque cada uno con su melodía). Una obra entrañable y fácil de escuchar y de seguir, una partitura que conquistó a todos en su momento, y la primera que el compositor consideró diga de pertenecer a su catálogo.

   Os dejo con ella para que la disfrutéis. Espero que os guste.












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