MANUEL DE FALLA Y SU OBRA

 "NOCHES EN LOS JARDINES DE ESPAÑA":








"La música no es sólo el arte más joven, sino también el único, cuyo ejercicio, si ha de ser eficaz, exige una completa juventud de espíritu"

(Manuel de Falla).







   Manuel de Falla es uno de los compositores españoles más conocidos a nivel internacional no sólo en el s. XX, sino en toda la historia de la música. Su música se caracteriza por tener un constante afán de búsqueda de nuevos tonos, instrumentos musicales, estilos de los que aprender, ansia por renovarse... pues todo lo que aprendía y escuchaba lo terminaba integrando en su propio estilo compositivo.

MANUEL DE FALLA:

   

      Yvan Nomnick, musicólogo, recoge unas palabras del propio Falla, que expresa su afán por ir mejorando su estilo a medida que avanzaba en su carrera, introduciendo en él todo tipo de aportaciones de los compositores que lo rodeaban. Son las siguientes:

   "Al acostarme, cada noche [...] nuevas ideas y nuevos proyectos me asaltan, y en cada uno quisiera renovar mi técnica, rehacer mi sistema de procedimientos [...], cambios que no son sino la afirmación más completa de la personalidad, nuevos enfoques y nuevos puntos de vista".

   Entre las aportaciones que recibe y que se ven a lo largo de su obra están las siguientes: Chopin fue el maestro de Falla (a través de dos discípulos sucesivos que tuvo el propio compositor romántico, entre ellos su maestro de piano José Tragó). Otra de sus fuentes fue Felipe Pedrell, con el que estudió entre 1902 y 1904 y que le enseñó a realizar música nacionalista basada en la música folklórica española, pero también tomando ideas y conocimientos de la historia de la música clásica de nuestro país. 

   Además, estuvo en París durante 7 años: desde 1917 hasta 1924, época en la que coincidió con compositores como Debussy o Paul Dukas, que eran muy importantes en este tiempo. Recordemos que Paul Dukas fue maestro de Joaquín Rodrigo, por lo que Manuel de Falla y el creador de "El concierto de Aranjuez" se conocieron en París. Esto fue algo beneficioso para los dos, pues su música se enriqueció por este encuentro.

   Falla recibió varios premios a lo largo de su carrera, tales como Primer Premio de Piano del Conservatorio de Madrid en 1899 y el Premio de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1905 por su obra "La vida breve", que, curiosamente, no se estrenará hasta 1913 en Francia.

"NOCHES DE LOS JARDINES DE ESPAÑA":

   Manuel de Falla empezó a componer unas partituras para piano cuando se encontraba en París, pero Ricardo Viñes, un pianista del que se hizo amigo, le sugirió la posibilidad de crear con ellas una obra más larga para piano y orquesta. Con esta idea en la cabeza empezó a pensar en el germen de "Noches en los jardines de España", cuya creación termina en 1916 y es estrenada el mismo año en el Teatro Real de Madrid.

   Se trata de un poema sinfónico, es decir, una pieza en la que se crean imágenes musicales que sirven para expresar ideas extramusicales, como son las que dieron lugar a las tres partes en las que se divide la obra: En el Generalife, Danza Lejana y En los jardines de la sierra de Córdoba.

   En ella se percibe una clara alusión a la música de Debussy, que entre 1898 y 1903 escribió "Estampes", una de cuyas partes es "Soirée dans Grenade", en la que el compositor también crea una aproximación musical a la idea que tenía del flamenco que tenía. Así, crea una imagen musical de la vida en la Alhambra de Granada, lo que enriqueció su música impresionista.

   La obra de Falla está interpretada por una orquesta sinfónica que expresa las ideas  musicales provenientes del flamenco tamizadas por una estética impresionista, que lo acerca a Debussy. Tiene un tempo medio y una dinámica suave que se alteran en ocasiones volviéndose rápido y fuerte. Esto se percibe, sobre todo, en el segundo movimiento, el que rememora una danza, en la que se perciben giros musicales propios de los bailes flamencos. Otras veces la orquesta parece enmudecer y quedarse en silencio, pero lo que llama la atención es que todos los instrumentos, incluso el solista, se unen creando un todo sonoro único, funcionando como uno solo.

   Las tres estampas se suceden una tras otra como en las obras de Debussy. La primera y la tercera semejan ser más líricas y tranquilas mientras que la segunda muestra un estilo de danza, un poco más rápido y fuerte que las otras dos, mostrando su ímpetu flamenco. Falla crea con ellas una sola obra orquestal en la que se unen elementos musicales propios del flamenco como ritmos, cadencias y giros melódicos.

   Os dejo con esta obra, espero que os guste y que disfrutéis con ella.



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