MANUEL DE FALLA Y SU FANTASÍA

"FANTASÍA BÉTICA"









"La música no se hace, ni debe hacerse jamás para que se comprenda, sino para que se sienta"







  
   Falla estuvo a principios del s. XX en Madrid, donde conoció a Felipe Pedrell, musicólogo, profesor y compositor español que dio clase a músicos como Granados, Albéniz, Turina o Falla en el Conservatorio Real de Madrid.  Les inculcó la incorporación de elementos de música popular (como el flamenco) en composiciones de música clásica. Así, animó a nuestro músico a explorar el flamenco como fuente de nuevos elementos para incorporar a sus obras. Así, Falla tuvo la idea de escribir "La vida breve". Además, Pedrell animó a sus alumnos, entre ellos a Falla, a irse durante un tiempo a París, cuna de las últimas novedades musicales en Europa.

   Entre 1907 y 1914 Falla se estableció en París, que era la ciudad de moda entre los artistas, un lugar donde se fraguaban las nuevas ideas musicales y de las artes plásticas internacionales, del Impresionismo y del posterior Neoclasicismo (Stravinsky), además de que se encontraban allí otros artistas como Diaghilev (ballets) y Picasso (pintor creador del cubismo en las artes plásticas). Ahora tiene continuos contactos con Diaghilev, que dirige espectáculos de ballet y que le encarga "El amor brujo". En Francia conoce, además, a Debussy y Paul Dukas, Stravinsky y Ravel, por lo que las inspiraciones que recibe en este momento son variadas.
   
    Otra etapa importante de la carrera de Manuel de Falla, y en la que se encuadra nuestra obra "Fantasía Bética", es la que transcurre entre los años 1918 y 1919,. Es un momento en el que Falla, ya con un estilo más maduro, integra en una misma obra de música clásica el estilo impresionista con elementos populares provenientes del flamenco. En este caso, son elementos importantes del flamenco: el cante, el baile y el toque. Vamos a verlo ahora con un poco más de detenimiento.

"FANTASÍA BÉTICA":

   Según José Ramón Ripoll es la obra más compleja de Manuel de Falla. Para ella Falla estudió aspectos del flamenco como el cante jondo y las superposiciones rítmicas y melódicas del cantaor y la guitarra. Es decir, hizo un estudio importante del flamenco para conocer todos sus elementos y, así, poder introducirlos y utilizarlos en esta obra.

   La escribió en 1919, por un encargo que le hizo el pianista Arthur Rubinstein, al que le dijo lo siguiente en el momento de entregarle el manuscrito:


   La obra está concebida en un solo movimiento, pero está dividida en tres partes, siguiendo una estructura tripartita (ABA'). Tiene referencias rítmicas y melódicas al flamenco desde el primer momento integradas en una obra de claro estilo impresionista que lo engloba todo con una sonoridad única y onírica que recuerda a Debussy.

   El tempo de la obra es rápido y su ritmo es ágil sobre todo al principio, lo que recuerda al baile flamenco y al toque de la guitarra flamenca. Un poco más adelante el piano parece tranquilizarse entrando por un momento en una fase más tranquila y romántica. Poco a poco vuelve a retomar el tempo rápido del principio. Todo esto se integra en una estructura abierta típico de una fantasía (una obra que por definición es de carácter improvisatorio). Esto recuerda a otras obras similares, como la Fantasía en Fa menor de Chopin. Por todo esto podemos decir que en esta obra clásica para piano Falla consigue unir diferentes estilos como el popular andaluz (flamenco), el impresionista e incluso el romántico de Chopin creando una obra única y totalmente universal, ya que traspasa fronteras y consigue un buen lugar dentro de la historia de la música.

   Os dejo con ella, espero que disfrutéis escuchándola tocada por las manos inolvidables de Alicia de Larrocha.




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