GIROLAMO MEI, CREADOR DE LA NUEVA FORMA DE CANTAR

 

   "Es necesario que todos los cantantes canten juntos no sólo las mismas palabras, sino el mismo tono y el mismo aire con la misma cantidad de tiempo, que todas las cosas juntas eran por su naturaleza capaces de producir el efecto" (Girolamo Mei en su libro "Discorso sopra la musica antica e moderna" (1602)   

Girolamo Mei nació en Florencia en 1519 y murió en Roma en 1594. Estudió con el gran conocedor y estudioso de la música Piero Vettori, y desarrolló una gran teoría musical a lo largo de su vida centrada en la música griega (las diferentes escalas griegas, asociadas a distintos estados de ánimo, el tipo de música creada y utilizada por los griegos de la Antigüedad clásica, que tanto interesaba a los humanistas del Renacimiento...)

   Fue uno de los primeros miembros de la Academia de' Umidi, fundada en torno a 1540, que después en torno a 1570 - 80 pasó a llamarse Camerata Fiorentina. Era necesario dotar de una potente teoría musical para promover el cambio de estilo musical del Renacimiento y que pudiera así nacer la ópera.

   En el Renacimiento se había desarrollado la polifonía (canto formado a varias voces), en la que, según Mei cada una tenía la misma fuerza que las demás, por lo que no se las entendía, y además, era antinatural, por lo que creaba más ornamentos que expresión del texto). Así, llegó a escribir que "la práctica contrapuntística se ha desarrollado sólo para mostrar la bravura de los compositores y ha resultado completamente inútil para todo lo demás, especialmente en los relativo a la expresión y significado del texto".

   Ahora Mei luchaba porque la música comenzara a ser monódica o, en todo caso, construido por una melodía acompañada, en la que una sola voz que interpreta un texto estuviera acompañada por un instrumento. Así, según él sería como el "agua cayendo sobre una piedra y eventualmente creando un agujero por su fuerza repetitiva". La música se podría entender mejor ya que el texto se interpretaría por una sola voz y así podría llegar mejor a interpelar a las personas, debido a su sencillez, fácil de aprender y de interpretar.

    Girolamo Mei se basó en importantes libros antiguos como "De Musica", de Boecio y la "República" de Platón, y coincidió con las ideas de reforma de la música religiosa católica en el concilio de Trento, iniciado en 1545, tras varios intentos previos. En él se indicaba que la música debía versar sobre los textos sagrados y conmover a los fieles, haciendo, por tanto, una crítica a la polifonía propia del Renacimiento. 

   Por otra parte para llegar a desarrollar sus ideas había editado las tragedias de Esquilo y Eurípides, y obras de grandes filósofos de la Antigüedad clásica como Aristóteles y Cicerón. Así, llegó a ser muy querido y seguido por los intelectuales florentinos por su gran conocimiento sobre la música griega antigua. Era amigo del conde Bardi, al que en una ocasión invitó a pasar una temporada con él en Roma en 1578, desde el año en el que mantuvo una gran correspondencia por carta con Giovanni Bardi, gran mecenas del arte y la música en la Florencia de la época con la Camerata Bardi.

   Así desarrolló sus ideas acerca de la teoría de la música antigua griega y reunió sus hallazgos en su tratado "De musicis antiquorum" y en otro de sus tratados, "Discorso sopra la musica antica e moderna" (publicado en 1602 y reimprimido en 1968 por G. Massera), que es el primer estudio sistemático acerca de los tonoi griegos (las escalas griegas y sus afectos o sentimientos asociados). Todo lo que descubrió lo pudo estudiar en las grandes bibliotecas romanas asociadas a la Iglesia de la época, tanto la Biblioteca del Vaticano como las bibliotecas privadas de varios cardenales (pues él fue secretario del cardenal Giovanni Ricci de Montepulciano desde 1561 a 1574), entre los que estaban el ya citado cardenal Ricci, y los cardenales Sant'Angelo y Carpi.

   Girolamo Mei consideraba, al igual que el laudista y compositor de la época Vincenzo Galilei que el canto llano de la Edad Media (en el que se basaba el canto gregoriano, un tipo de música sólo monódico, en el que todas las voces cantaban juntas la misma melodía), estaba formado por los restos de la música griega antigua, y así, mediante estos trabajos, tanto teóricos como prácticos, se llegó a las primeras canciones solistas y óperas y se vio también la reforma de la liturgia y la devoción católicas indicadas en el Concilio de Trento ya indicado anteriormente.

   Para exponer un ejemplo de recitativo, la primera forma basada en la melodía acompañada, que posteriormente pasará a formar parte de la ópera durante más de 3 siglos, voy a dejar el enlace a una canción de Giulio Caccini titulada "Amor, io parto", que es un madrigal escrito para voz soprano escrito por el compositor en 1601 en la "Nuove musici".




   

   

   

   

   

Comentarios

  1. Hola, Patricia.
    Me parecen muy interesantes y necesarias todas estas publicaciones que estás realizando en torno al tema del cambio que se produjo en la música desde Florencia y que generó el nacimiento de un estilo musical tan completo como la ópera.
    Un fuerte abrazo :-)

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