INTERMEDIO VI DE LA PELLEGRINA: DESCENSO DE APOLO Y BACO

 

   A lo largo de los siglos XV y XVI en Florencia era común que se representaran pequeños intermedios entre los actos de una comedia, es decir, una obra de teatro. En el siglo XV y, sobre todo en el siglo XVI muchos de ellos estaban basados en el arte madrigalesco de la época.

   Los madrigales eran una forma musical del Renacimiento de temática profana, generalmente de amor, con textura polifónica (es decir, escrita a varias voces) y con acompañamiento instrumental. Era de carácter festivo.

   Los intermedios adquirían cada vez más importancia en las obras de teatro, sobre todo en las que se representaban con motivo de las fiestas que se celebraban en las bodas de los Médici. Se llegó a un punto álgido en la boda del gran duque Fernando I de Médici con Catarina de Lorena en al año 1589. En este caso fueron 6 los intermedios que se representaron en dicha obra de teatro.

   Tanto fue el terreno ganado por los intermedios con respecto a las obras de teatro entre cuyos actos se representaban que Anton Francesco Grazzini llegó a decir en el prólogo de su obra "La Strega", de 1556 que "antes los intermedios se hacían para servir a la comedia pero ahora se hacen comedias para servir a los intermedios". Esto lo recoge Nutter en uno de sus libros de 2001.

     Así queda claro que los intermedios terminaron por convertirse en verdaderas obras de arte independientes totalmente de las obras de teatro en las que se representaban. Y aquí está el origen de las óperas, ya que éstos eran pequeños números musicales que narraban una historia generalmente de carácter mitológico. En ellos, además, se exploraban las técnicas musicales conocidas hasta el momento y se introducían otras novedades que servían de experimentos para los que trataban de crear el nuevo drama musical (es decir el grupo conocido como la Camerata Florentina).

   En los intermedios de La Pellegrina intervinieron, por tanto, los grandes artistas de la época: literatos como Ottavio Rinuccini y Laura Guidiccioni Lucchesini, músicos cono Cristofano Malvezzi y Luca Marenzio. Otros compositores, músicos y cantantes colaboraron distintos números como Jacopo Peri, el conde Bardi, Giulio Caccini y Cavalieri.

   Estos intermedios no sólo servían para amenizar los ratos que quedaban libres entre los distintos actos de una comedia, sino también para legitimar y apoyar a la aristocracia, que era la que encargaba estos divertimentos para los invitados. Por esto los temas eran mitológicos, para que los gobernantes se vieran envueltos en un mundo de dioses y héroes que magnificaran su poderío. Así, el VI intermedio de "La Pellegrina" versaba sobre El descenso de Apolo y Baco".

   En este intermedio los personajes que aparecen en escena son veinte parejas terrenales en dos filas, sobre las que están las gracias o musas situadas en nubes que se mueven. Todavía más arriba se encuentran los dioses sentados en semicírculo, todo ello bajo un sol situado todavía más arriba en el centro del escenario. En esta pequeña obra se interpretan varios madrigales, una melodía a una voz acompañada con el chitarrone y un coro a seis voces. Al final, se concluye con un balle en el que se combinan los dos elementos centrales de este intermedio que son el ritmo (que está representado con la danza) y la armonía (representada por la música).

   Os dejo un pequeño fragmento de todo este intermedio, pues es bastante amplio como para dejarlo aquí. 



   

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